Los carteros no somos malos...
Bueno, sí, somos malos.
En zonas sin buzones y con direcciones incorrectas o deficientes, a veces, llegan carteros como yo, que devuelven las cartas al remitente.
Para los que se echen las manos a la cabeza, no, no estoy haciendo nada fuera del reglamento postal, es más, lo estoy siguiendo a rajatabla y bajo la supervisión y conocimiento de mis superiores de las acciones que estoy tomando.
Si usted no tiene buzón, y está acostumbrado a que su cartero le deje las cartas en [ponga_aquí_el_sitio_en_el_cual_su_cartero_deja_las_cartas], le advierto de que puede que al sustituirle otra persona (cartero en vacaciones, bajas, etc) su correspondencia puede ser devuelta sin aviso previo. El cartero pasa, no ve un buzón donde dejar el correo, se lo lleva de vuelta a la oficina, le pone un sello de fechas y a los 15 dias se devuelve al remitente. Actualización-edición: no se devuelven asi sin más, se informa al destinatario de que puede recogerlas en la oficina y que debe de poner un buzón donde poder dejarle el correo.
Si usted tenía una dirección antigua, y luego llegó el ayto y cambió los números, o los pisos, o por la construcción de un bloque cercano, las letras de las puertas pasaron de ser A B C a ser J F K... y usted no tiene intención de cambiarlo, ya que... su cartero de siempre ya le conoce y le deja el correo en su buzón, sepa que se puede perfectamente devolver la correspondencia por dirección incorrecta, así que lo aconsejado en este caso es, hacer un par de llamaditas, y cambiar las direcciones en bancos y sitios donde las cartas sean importantes para usted.
Estas dos cosas serán para algunos algo tan obvio como sensato y para otros una locura demencial de una persona que debería de estar en un psiquiátrico.
Y por último, recordar que el cartero no es tu amigo, no es tu socio, no trabaja para tí, trabaja para una empresa con unas normas y un reglamento, así que no te va a hacer un favor simplemente porque vivas en la zona en la cual le ha tocado repartir.
Que ya es bastante jodido repartir en agosto a 38º a la una del mediodía, como para que encima nos toqueis los cojones con tonterías.
He dicho.